El múltiple G
Con goles de Gandín y de Galeano ganó el Rojo, no goleó pero gustó. Gabbarini fue claro responsable en el PT. Fue 2-0 sobre un Huracán que sigue en capa caída pese a haber mostrado una buena actuación durante el primer tiempo. Gallego, grita como la gente, la Copa Libertadores sigue siendo una ilusión posible para Avellaneda.
Esos dos goles que encontró Independiente, uno al comienzo del ST y otro sobre el final, le permiten seguir creyendo en su afán por llegar a la Copa Libertadores 2010 (está a 4 de Newell’s, último clasificado). Y lo que lamentan ahora los hinchas son los puntos perdidos en el campeonato anterior. Porque el actual plantel, este nuevo equipo que formó Gallego, con su impronta y sus pedidos, con su actual campaña tiene más que merecido su participación. Pero como se suman los dos torneos… hay que remarla el doble. Y todavía puede, pero para eso tiene que seguir ganando hasta el final. Ayer dio el primer paso. Venció a Huracán por 2-0, no fue sencillo ya que el globo lo complicó bastante, sobre todo en la primera etapa, pero si sigue así todo es posible.
El primer tiempo fue todo de los arqueros. Más aún por el estado del campo de juego, mojado y resbaladísimo por la intensa lluvia que abatió Avellaneda. El que golpeó primero fue Independiente con un remate de Gandín de afuera del área que contuvo bien Monzón. Independiente comenzaba a lastimar por la derecha, allí donde Patricio Rodríguez y Martín Gómez se conectaban en cada jugada. A los 17’ Huracán tuvo la más clara a través de Laurito, una pesadilla para el fondo Rojo, tras un caño a Matheu logra sacarse la marca de encima y con cara interna del botín zurdo la intenta colar en el segundo palo. Pero Gabbarini, rápido en reflejos le adivinó la idea y controló. En seguida hubo dos más del Globo, otra de Laurito y un buen intento de Alan Sánchez.
Estaba mejor Huracán en el comienzo y se notaba, controlaba mejor la pelota y ganaba siempre en el medio, con Bolatti a la cabeza de cada jugada. Independiente se salvaba gracias a Gabbarini y Tuzzio, los volantes estaban ausentes, Piatti no aparecía y Busse estaba en la suya. Acevedo hacía lo que podía pero Bolatti estaba en un nivel superior.
De repente el Rojo lo tuvo a su merced con una sucesión de jugadas increíbles que Gandín no pudo resolver. La primera, a los 26’, le quedó boyando al Chipi en el área chica, el delantero tardó en rematar y perdió la posesión. Al minuto siguiente el Patito lo habilita nuevamente a Gandín, casi en el mismo lugar que la anterior, pero en vez de levantarla unos centímetros, le pega bajo a los pies de Monzón. La jugada continuó y le vuelve a caer al delantero, y con el arquero de Huracán caído y sin chances, se resbala increíblemente y la tira afuera. No era la noche del Chipi, y la ausencia de Silvera se hacía notar.
El Globo respondió con dos contras, Alan Sánchez probó a Gabbarini de afuera, pero el uno había vuelto a recuperar su nivel. A los 33’ tiro libre para Huracán, centro de Toranzo, que más que centro fue un pase a la cabeza de Bolatti, el cinco cabeceó en la línea, pero el uno rojo la saca al corner. Queda claro porque fue el tiempo de los arqueros. Sobre el final de la primera etapa Laurito tuvo un mano a mano espectacular con Gabbarini y la respuesta del uno fue sensacional, no había caso, Huracán no podía con el juvenil de Independiente.
En la replica se pudo ir el rojo a los vestuarios con una ventaja en el resultado, pero otra vez Gandín desperdició un buen desborde de Gómez y la tiro a las nubes.
Fue un entretenido primer tiempo pese a no haber goles, Huracán se fue con una mejor imagen y el rojo no convirtió por la ineficacia de su punta.
En la segunda etapa llegaron los goles, los que tanto se negaron en la anterior. Desde el vestuario se puso arriba el rojo. Un centro de Gandín desde la izquierda encontró libre y sin marca a Galeano sobre la otra banda, el defensor y gran promesa puso la cabeza y abrió el marcador.
Al equipo de Jesús Martínez se le hizo más que difícil, sobre todo porque Independiente se hizo más sólido en defensa y resolvió los problemas del primer tiempo. Laurito ya no aparecía como antes y el medio perdió protagonismo. El patito Rodríguez tuvo su chance, tras una asistencia de Busse, vió adelantado a Monzón y la pico, pero fue tan débil el remate que el arquero ni tuvo que moverse para atrapar la pelota. Alan Sanchez seguía teniendo la llave de gol de su equipo pero Gabbarini estuvo muy seguro toda la noche. Gandín con la misma imprecisión que antes no podía ante Monzón.
Al ratito, el árbitro Nestor Pitana para dos veces el partido por cantos racistas de la tribuna de Independiente hacia Boca.
En la reanudación Busse probó de afuera y Monzón se volvió a lucir. Los minutos pasaban y Huracán no podía empatar, Bolatti era incontrolable en la mitad de la cancha pero el resto no anduvo en la misma sintonía. Y si quedaba alguna chance de empatar, la terminó de derrumbar Gandín con su golazo de contragolpe. A los 43’ el Chipi se llevó la pelota y ante 4 camisetas de Huracán eludió con clase para entrar en el área y definir con una exquisita utilización de su parte externa del botín abriendo la pelota con delicadeza y ubicarla sobre el poste derecho de Monzón, que esta vez no pudo con el 9. Ese gol le cerró la persiana al partido y a la noche. Ganó el Rojo, con goles de Gandín, Galeano, gustó, no goleó. Grande Gabbarini, Gallego dice gracias, la gente también. Independiente se entusiasma con la posibilidad de volver a ese certamen tan propio: su querida Libertadores.
