29 julio 2010

Conociendo a...

- Nicolás MARTÍNEZ
“Garnero me aconseja mucho”
Nicolás Martínez, uno de los pibes que viene destacándose en la pretemporada de Independiente, charló con InfiernoRojo y contó que Daniel Garnero lo tiene muy en cuenta en las prácticas, confesó sus sensaciones acerca del presente que vive en el club, lo que se viene con Torneo Apertura y Copa Sudamericana y repasó también su “breve paso” por Racing y su llegada a Independiente.

“Yo no quedé libre de Vélez, saqué el pase. Me ayudó mi hermano (Juan Manuel Martínez, más conocido como el “Burrito”), que dijo que no firmaba la renovación de su contrato si no me lo daban. Me habían prestado a Almirante y cuando volví, sin que el técnico me viera, me querían prestar de nuevo”, contó el mediocampista sobre su situación en la entidad de Liniers.
“Después hice una prueba en Racing, cuando estaba Caruso, y la rompí, fue el mejor partido de mi vida. Colombatti y el cura que es dirigente querían hacerme un contrato, era un buen contrato. Ahí Caruso dijo que era buen jugador pero me faltaba algo, y que no me quería. Los dirigentes igual me ofrecieron que firmara y que me fuera a préstamo para volver cuando no estuviera Caruso, pero para eso me quedaba en Vélez”, comentó.

“Luego, mi padre habló con Menotti, él vio videos míos, le gustaron y dijo que quería verme en acción, en la cancha. Fui, hice la prueba, el Tolo (Gallego) dio el visto bueno y firmé”, expresó sobre su llegada al Rojo el volante, quien en septiembre próximo cumplirá 23 años. “Y acá la verdad que estoy muy cómodo, hay muy buena gente, muy diferente a lo que era en Vélez. Pero para mejor acá, eh, Vélez no es tan pintorezco como parece…”, agregó.

Más allá de estar bien en el Rojo y de haber jugado muchos partidos en la Reserva, contó que “no estaba contento, venía bien hasta que tuve una seguidilla de lesiones. Me perjudicó que después de estar en Almirante y hasta que llegué a Independiente, estuve tres semanas parado porque el campeonato de la Primera B termina antes, y es mucho tiempo. Pero lo pasado, pisado, ahora hay que mirar adelante, pensar en lo que viene”.

Luego, contó que ésta es la segunda pretemporada que hace con un plantel profesional, ya que había hecho una con Almirante, pero expresó que ésta “fue diferente, corrimos bastante. La verdad, me ayudó mucho el hidromasaje. Sólo sentí una molestia al final”. Y confió que siente que Daniel Garnero lo tiene en cuenta: “Pasé de quedar afuera a estar entre los 22, aparte él me aconseja mucho, me habla mucho, cuando estoy entre los titulares quiere que la agarre más seguido, que las pelotas pasen por mí, que la distribuya, que la pida bastante”.

¿Expectativas personales para este semestre? Nico responde: “Ahora pienso en estar en Primera, en entrar, en ser parte de la campaña y que hagamos un buen papel. Hay muy buena gente, hay material, más que nunca, vinieron buenos refuerzos para pelear”. En cuanto a los objetivos grupales, aseguró que irán viendo con el correr de los partidos si apuntan a la Copa o el campeonato, pero que de arranque van por todo. “Uno se ilusiona con todo, quiere ganar todos los partidos. Después se va viendo el día a día“, expresó.

Nico fue uno de los cuatro jugadores del Selectivo que Daniel Garnero eligió para llevar a la pretemporada y es una de las primeras variantes que está utilizando Garnero en las prácticas de fútbol, generalmente como relevo de Leandro Gracián. El propio jugador cuenta que su posición habitual es mediapunta, pero que también jugó muchas veces de enganche. Como sea, Martínez muere por jugar y por romperla en la Primera de Independiente. Ojalá así sea…

22 julio 2010

Opinión

Leyendas contemporáneas y trasmisión de la idolatría

“Seré un Baldonedo, un Martino, un Boyé/
dicen los muchachos, de Oeste Argentino,
que tengo más tiro que el gran Bernabé…” (1943)

La hermosa estrofa de Reinaldo Yiso pertenece a uno de los tangos más conocidos en el mundo del fútbol. Evidentemente, El sueño del pibe, trascendió porque es del año 1943 pero aún hoy se escucha. Personalmente, no se como llegó a mi vida, pero me sé la letra completa y me emociona cada vez que la leo/oigo. A lo largo de los años, sin embargo, su letra ha mutado en numerosas oportunidades. Una vez, Maradona la cantó en vivo –y muy bien por cierto- en un programa de televisión y los nombres de Baldonedo, Martino y Boyé cambiaron por el propio Maradona, Kempes y Olguín. Años más tarde, Luciano Pereyra hizo su versión: “Seré un Maradona, seré el Batigol…”, y en vez de Bernabé Ferreyra honró los fusilazos del Chapa Suñé.
Curiosamente, el tango no hace más que retratar una realidad que ocurre con los ídolos. El otro día pensé si era posible que Messi superara a Maradona. Cuando surge esta comparación hay mucha gente, la mayoría, que la entiende como un absurdo. Que no, que Maradona hubo y habrá uno solo… y demás argumentos basados en fundamentos a veces, y productos del capricho en otras. ¿Tan grande fue Maradona que nunca hubo antes que él alguien mejor? ¿Tan grande fue que nunca nadie podrá superarlo? Obviamente que esto es un tema subjetivo, hay que aclarar, yo por mi parte me declaro maradoniano pero últimamente me puse a dudar. No sobre si Messi podría superarlo, dudo más con el pasado, con los Baldoneo, Martino, y Bernabé en cuestión.

El hecho de considerar a alguien ídolo pasa por las emociones que despierta éste en la persona. También están las distintas clases de ídolos, obviamente. Quien tiene en un póster de la pared de su cuarto a Palermo será por su perseverancia y su lucha optimista en la vida, no por sus cualidades técnicas, y en eso si no estamos comparando. Aquí nos referimos más a lo técnico, la habilidad, el diferente, la corona para el debido rey. Y no voy a buscar uno, no voy a elegir ni siquiera para mi, al mejor. Eso me lo reservo, en parte porque como dije es subjetivo y no intento convencer a nadie y en parte porque no es esta la razón el artículo.
A lo que me refiero es que los fuera de serie, más que ídolos eternos son del momento, de cada época. Fíjense que quienes colocan a Alfredo Di Stéfano como el máximo jugador de toda la historia son los más ancianos. Aquellos que cuando eran niños escuchaban a sus padres y abuelos hablar de él. Casi lo mismo que lo que le pasó a mi generación y las subsiguientes con Maradona. Nadie lo vio jugar, pero es la leyenda más cercana que tenemos. Y los que sí lo vieron son los que nos la traspasan. Y es lógico que nos quedemos fascinados con él porque escuchamos más, leemos más y vemos más. Y así su mito se agiganta al punto de considerarlo único e irrepetible. Nadie nos habla de Di Stéfano, apenas leemos algo, y es que no tenemos un testimonio fiel, casi nadie lo presenció en vivo y eso influye…

Lo mismo pasa con otras figuras de ese momento. Antonio Sastre fue otro jugador extraordinario, de toda la cancha, del que me queda la frase de los brasileños: “Un argentino nos enseñó a jugar al fútbol”, extraño que un elogio así provenga de esas tierras. Integrantes de la Maquina como Moreno, Labruna y Pedernera. El loco Oreste Osmar Corbatta, el Garrincha argentino, Borghi, Houseman y tantos pero tantos otros como los nombrados en el tango de Yiso. Bernabé Ferreyra y su fierrazo inmortal (justamente, el otro día leí su historia y me hizo replantearme tantas cosas con lo de Diego). Y todo esto apenas en materia local…. Cada uno debe haber sido el Maradona de su época, eso está claro. Cada mito debe haber pasado de boca en boca de padre a hijo. Como ocurrió con Diego. Debe ser esa la razón, por eso dudo si Maradona fue tan magnánimo o mi encandilamiento hacia él se debe a haber nacido justo en este momento. Su categoría de extraterrestre no lo niega nada. ¿Pero su insuperable reinado?

Y a eso apuntaba, ahora nuestra generación se deleita con Messi, y lo que nosotros le hablemos a nuestros hijos brotará de las emociones que nos hizo y nos hará vivir él de ahora en más. Y tal vez en futuros años surga un nuevo consagrado que se apropie de la gloria y el afecto popular. Y Maradona ocupará el lugar de Di Stéfano tal vez, y al pobre Alfredo se lo recordará como un buen jugador de los orígenes, pero desprestigiando su fama, menospreciando el momento. Y está claro que su impacto, como el de todos, cada vez se desgasta más. Quizás sea así, una cuestión de trasmisión de legado en el paso del tiempo. Algún día también Messi lo sufrirá…
Sebastián Etcheberry

19 julio 2010

Selecciones Juveniles

BATISTA
“Hay jugadores de Primera que no le saben pegar a la pelota”

Hace tiempo que el problema principal del fútbol argentino se encuentra en las inferiores. Años y años de ‘fracasos’ deportivos en el que la gente acusó como responsable al técnico de turno, cuando en realidad, todo se debe al mal trabajo en las categorías juveniles. Que, al parecer, nadie sabe qué son realmente, o cual es su función, justamente, etapas de FORMACIÓN. Tan importante y determinante es que se entienda bien esto ya que lo que se ve en los grandes no es más que la continuidad de un mal trabajo inicial.

“Tenemos que meternos en la cabeza que somos formadores. Formadores para el fútbol argentino, no para vender a Europa". Son cada vez menos las personas que piensan esto como el principal foco del problema. Sergio Batista, en numerosas oportunidades, aportó su voz y opiniones. Por eso, como el que escribe estas líneas no es una voz autorizada para hablar del tema, dejaremos que hable el Seleccionador Juvenil de Argentina a través de citas.

Dice Batista: "Hay jugadores de Primera que no le saben pegar a la pelota". ¿Tan malos nos volvimos? Batista entiende que hay que cambiar la forma de trabajar con los chicos, que es enfermizo lo que se les enseña, pesas, correr, ganar o ganar a cualquier precio y demás cuestiones que deberían quedar exentas para personas de esta edad. Cree el técnico que la culpa parte de los padres, los técnicos y de los directivos: “Cuando tenés la enfermedad de parte de directivos y técnicos de ganar un campeonato y no de formar jugadores, entonces estamos mal. Y eso lo padece la Selección después. Para muchos padres su hijo es un billete caminando"
Y si los técnicos son formadores, ¿Por qué se descarrilan de esta función? “Tienen temor porque necesitan el resultado, se lo exigen de arriba. Los dirigentes no te preguntan cómo jugaste sino cómo saliste. Esto también pasa en el baby fútbol. Ahora esos partidos terminan 1 a 0 y son chicos de seis, siete, ocho años. Ves jugadas de pelota parada, increíble para esa edad”
Batista insiste porque cree que es verdaderamente preocupante lo que sucede: “El problema está en los dirigentes que bajan las pautas. Piensan que tienen que formar un jugador para vender y eso a nosotros no nos interesa, porque el buen jugador se va a vender solo. Entonces para qué más gimnasio, más pesas si la pelota la tocamos una vez por semana. Así nos estamos confundiendo en el trabajo de base. Te confundís con las edades. A los 15 años no disfrutan porque es todo presión. A esa edad, presionan los representantes y los padres, pero ellos no entran a la cancha, los que presionamos somos los técnicos. Nosotros también tenemos la culpa”

La identidad "Este que tenemos hoy no es el fútbol que siempre se jugó acá. Hubo una identidad y la técnica se imponía sobre la táctica y lo físico. En mi época se ganaba por la técnica. Físicamente podés poner bien a un jugador, pero técnicamente, no. Decir que estamos bien es ponerse una venda en los ojos"
La técnica

“El fútbol argentino fue siempre la técnica, el jugador talentoso, la inventiva y con eso desnivelamos a los equipos europeos. Hoy estamos confundiendo la forma de trabajar”También, se dice que ya no salen cracks como antes, que Riquelme hay uno solo y cuando se retire desaparecerá el enganche, que ya no habrá creativos. Pero no es tan así, no puede ser que sea así. “Hay chicos que juegan muy bien. Pero si les ponés cien kilos de pesas arriba le quitas cosas en lugar de aportarle. No es posible que en el fútbol argentino no se puedan encontrar marcadores de punta o enganches. Hay jugadores, y los hay muy buenos. Pero no podés jugar en infantiles con chicos que tienen ocho años en cancha de once”, y agrega: “El otro día me preguntaban si teníamos un Iniesta o un Xavi. Yo digo que tenemos muchos Iniesta y muchos Xavi, pero tienen 15, 16 o 17 años. El tema es cómo los trabajamos. El fútbol argentino fue siempre la técnica, el jugador talentoso, la inventiva y con eso desnivelamos a los equipos europeos. Hoy estamos confundiendo la forma de trabajar”.

Por eso, paradójicamente resignado y con la esperanza de poder cambiar el problema, aclara: “Lo primero que tenemos que hacer nosotros y para eso existen las inferiores, tenemos que meternos en la cabeza que somos formadores. Formadores para el fútbol argentino, no para vender a Europa. Quiero decir con esto que en los clubes no puede haber más pesas que pelotas. No se puede trabajar más en lo físico que en lo técnico como se está trabajando actualmente. Hay que enseñarles a los chicos y para eso te tienen que apoyar los directivos. Con los chicos no se puede andar buscando únicamente campeonatos. Somos formadores, no gente que tiene que ganar campeonatos, por eso nosotros propusimos eliminar la tabla de posiciones en las inferiores. Ya sabemos que en Primera tenés que ganar, aunque yo sigo pensando que no es lo único. Vos te preparás para ganar, pero podés ganar o perder. “¿El éxito de Pekerman y de Tocalli no fueron los cinco títulos mundiales juveniles, sino que hoy, en la selección argentina, hay nueve jugadores que pasaron por los juveniles. Esa es la esencia. Esa es mi obligación”.

En cuanto a la palabra formadores, vale aclarar también que se trata de chicos y que la palabra enseñanza no debe faltar, en cualquier aspecto. “Hay que educar. Ponele que a un chico le dieron cuatro fechas de suspensión en la AFA, si yo soy el club le doy ocho más para que aprenda. Pero no es así. Hoy van lo directivos a pedir que le den menos fechas. No estamos pensando qué es lo mejor para educar a los chicos. Tampoco podemos permitir que chicos de 12 o 15 años no estudien. Por más que juegue bien, por más que los padres estén de acuerdo. No podemos permitir eso. Quien le asegura a los 15 años que va a llegar a Primera. Vamos a tratar de sacar esta enfermedad por los resultados. Cuando menos se crucen en clásicos mejor. Queremos que la séptima, octava y novena no sumen puntos”, y concluye: “Se están quemando etapas con los chicos. No podemos tratar a un chico como un adulto. A los 9 años ya hacen calentamientos, cuando lo que tenemos que hacer es darle la pelota. Ves partidos de infantiles y se matan”.
Otro tema que le hace ruido al Seleccionador Juvenil es cómo se trabaja, sobre masía, en la parte física en los clubes. “Yo veo que el preparador físico hoy está por encima del técnico. No me parece bien que el chico trabaje con las pesas tres veces por semana y sólo una con la pelota. Y eso es culpa de los técnicos. Y aclaro que no tengo nada contra los preparadores físicos. Nos estamos equivocando en los volúmenes de trabajo de chicos de 9, 14 o 15 años. No los podés tener siempre dentro de un gimnasio ni quemarle la parte técnica. Tenemos jugadores de 15 años que tienen dolores de rodilla por las pesas. ¿Dónde vamos a llegar? ¿Si tiene brazos grandotes o mucho músculo va a ser mejor jugador? Los directivos tienen mucha culpa en bajar la línea de que hay que salir campeón y nada más. Todos somos culpables. El fútbol argentino es otra cosa. Perdimos técnica, inventiva, la creatividad que nos distinguió siempre”.
Lo que la gente tal vez no entiende, es que estos problemas de hoy serán los problemas luego en la mayor. Si se enseña mal el que lo sufrirá después es la Selección. Ya parte de esto se ve en los clubes: “En torneos internacionales no nos va bien. Nos ganan equipos sin ninguna historia. Son muchos los equipos que en la Copa quedan afuera en primera ronda contra equipos venezolanos, por ejemplo. Y no es que evolucionaron los demás países, nosotros nos quedamos mucho. Antes se ganaba 6-0, no por la parte táctica o física, sino porque teníamos jugadores bien dotados. Ellos evolucionaron en organización, tienen más información de todo, pero se dieron cuenta de que corriendo y ordenados le podían ganar a cualquiera de los equipos argentinos”.

España, con su reciente título Mundial, parece enseñarle al mundo como se deben hacer las cosas. “No tenemos que copiar cómo jugó España, sino que tenemos que copiar los proyectos que tiene España. Uno los ve jugar en la Sub 17 y con la Sub 20 y se da cuenta del futuro que tiene. Apostaron a jugar bien al fútbol, a la técnica, a la creatividad de los jugadores.”

Batista cuenta también que ya no hay ‘maestros’, y si los hubiera no tendrían tiempo. El fútbol transita con una vorágine tal que no permite su existencia. “Yo hace dos años que vengo diciendo que, para mí, el fútbol argentino está mal. Tenemos que cambiar para ganar cosas importantes. Sabemos que estamos mal. Si agarro un pibe de 18 años y no sabe parar la pelota quiere decir que no estamos bien. Si al fútbol argentino le cuesta clasificar al Mundial, queda afuera de un sudamericano juvenil, algo está pasando. Igual sé que peleo contra un Tsunami”, desafortunadamente.

La presión
"La que tienen los chicos hoy es tremenda; la exigencia por ganar, los padres, el representante, y todo eso con apenas diez, once años. Hay chicos que dejan el fútbol por esto. No nos podemos meter en la casa, ni con el representante. Pero en las horitas que estén con nosotros le vamos a descomprimir esa presión"


Hoy se corre muchísimo atrás de la pelota. La gente aplaude cuando uno saca la pelota afuera. Y si uno pierde un gol solo no se dice nada. Y si traba, la cancha se viene abajo. El otro día vino un jugador (Zucculini) que salió en una foto en un diario porque se tiró a trabar con la cabeza. Yo le dije de entrada: con nosotros, si te tirás a trabar con la cabeza y te la rompen yo no paro la práctica para que te atiendan. El fútbol es otra cosa. Le dije: a mí no me engañás. Tenés que jugar al fútbol. Eso es otra cosa". Hoy se juega mucho al error del contrario también. No se puede festejar un corner, un tiro libre, que se tire la pelota afuera o que uno se tire a trabar con la cabeza y que por eso salga en el diario. Esas cosas no se tienen que festejar. Basta con eso”.

“Hay que terminar con esa enfermedad de ganar o ganar. Llegó el momento de parar la pelota y pensar de otra manera”.

07 julio 2010

Boca Juniors

Cañete: El enganche que enamoró a Borghi

Será porque no abundan, porque cada vez cuesta más encontrar jugadores de esta estirpe, un puesto reservado para pocos y que exige una categoría diferente. Una especialidad que hoy se encuentra en extinción. Y por eso el inmediato enamoramiento del técnico hacia él. Lo vio y se le alumbró la cara. Apenas llegó, puso la lupa sobre este jugador de 20 años formado en el club bajo la influencia de Riquelme. Y que dice: “No hay nada más lindo que dar un pase gol. Siempre traté de copiar a Román”. Este diamante –derecho- es Cañete, Marcelo, Chelo para sus amigos y el nuevo mundo futbolístico.

Y como es costumbre en cada pretemporada, la maquinita ya arrasó las cabezas debutantes de los juveniles. Hoy en Boca pasaron bajo el ritual descabellado ocho chicos. Pelados por igual, se hace casi imposible distinguirlos a unos de otros. Claudio Borghi, sin embargo, ya le echó el ojo a uno y no hay manera de que se lo confunda (claro, los botines verde fluo ayudan también).
Ya de entrada, le dijo el Bichi: “Me hablaron muy bien de vos”. En la primera práctica de fútbol, le tiró la pechera de enganche y le dijo: “Jugá como sabés”.

El hasta ahora desconocido Marcelo Cañete, nació el 16 de abril de 1990 en Lugano y ahora se mudó a Parque Avellaneda. Es enganche de acá a la China, de esos conductores de los de antes y criado bajo el área de cobertura de Riquelme. Nada más y nada menos…

- ¿Cómo te definís?
- Soy un enganche de esos que generan juego y asisten a los compañeros. Tengo un juego bastante vertical, le pego seguido al arco y me gusta terminar las jugadas y llegar al gol.
- Pero como buen enganche, más que del gol debés disfrutar de otro tipo de acciones...
- Sí obvio, no hay nada más lindo que dar un pase gol. Se disfruta distinto las asistencias, sobre todo si se la das al goleador del equipo.
- ¿Pensás que tu juego se vio influenciado por la presencia en el club de Riquelme?
- Totalmente. Siempre traté de copiar a Román, desde muy chiquito, cuando Ramón Maddoni me llevó a Parque y luego me trajo a Boca. Fue en el 98 y yo tenía 8 años... Román me marcó mucho y es imposible no caer en la tentación de mirarlo para aprender cosas nuevas del puesto.
- ¿Hablás con él?
- Sí, tengo una cierta relación. Cuando yo estaba en la Reserva y nos entrenábamos con la 1ª, me aconsejaba, me hablaba. Me decía que pidiera más la pelota, que la manejara yo...
- Ahora se te abre un lugar en 1ª porque él está lesionado y no renueva. Y si sigue acá, disminuyen tus chances de jugar.
- No importa, pero que renueve y se sume ya al plantel. Me encantaría que volviera: es mi ídolo y quiero que siga en Boca. Tengo el sueño de poder jugar juntos algún día.
- Pero la 10 no se la sacás…
- Sí, seguro. Yo juego con cualquier otro número y hasta en otro puesto también. En Infantiles alterné algunas otras posiciones, aunque desde la 9ª vengo jugando de enganche. Donde sea, pero quiero jugar con Román.
- En esta era moderna donde se están extinguiendo los enganches, Borghi es un acérrimo defensor del puesto. ¿Te da más tranquilidad?
- Sí, es un alivio y una suerte: él quiere jugar sí o sí con enganche. Me gustaba su Argentinos y cómo alienta al que juega de “10”. Nosotros necesitamos confianza para pedirla y jugar...

El pibe, que estuvo parado casi todo 2009 por una lesión de rodilla, jura que su papá Marcos es un fan de aquel Bichi tira-rabonas . Y cuenta qué fue lo que le dijo Borghi hace unos días: “Cañete, dejá de ser promesa y empezá a jugar...” Depende de él.

Roman Exquisito


MONTENEGRO 10

MONTENEGRO  10