09 agosto 2011

Hablar sin rubor ni autocrítica

OPINIÓN
Por Sebastián Etcheberry


Ya es común en el fútbol argentino. Las famosas declaraciones cruzadas. Siempre a través de los medios, siempre por medio de un micrófono, un grabador o lo que fuere y casi siempre igual, desafiantes, con promesas de venganzas inentendibles y nunca de frente. Hay salvedades, por suerte, que merecen aplausos.

“Me pareció mal lo que hizo Mattera, fue de poco maduro. Me lo podría haber dicho de frente y adentro del vestuario”, dijo Matías De Federico ayer sobre unas viejas declaraciones del secretario general de Independiente en las que acusaba al jugador de haber venido “de vacaciones”. Al margen de que el futbolista tenga o no razón en reclamarle a Mattera frontalidad, en parte se equivoca, ya que, ¿qué está haciendo él? ¿Respondiéndole de frente, diciéndole su opinión sobre esos dichos en privado, en el vestuario, o a través de los medios? De Federico cayó en lo mismo que le disgustó del directivo. Tampoco hay que ser tan categóricos contra los protagonistas del fútbol, porque, en definitiva, es el periodismo el culpable de tantas polémicas. Porque esto hay que decirlo, es el periodista el que provoca a veces estos cruces dialécticos, el que hace que declaraciones que deberían pronunciarse en privado se hagan en público. Si el cronista no le preguntaba a De Federico sobre esos dichos de junio, la respuesta “quiero taparle la boca a todos”, agresiva, desafiante, tampoco hubiera existido. También depende de De Federico aprender a usar las palabras y a manejarse ante las preguntas de los medios que buscan polémica. Lo ideal sería que el tema acabe acá, o que siga, pero que el público no se entere de su final, que siga pero en el ámbito que corresponde.

Por otro lado, en otra disputa verbal andan involucrados el técnico de San Lorenzo, Omar Asad, y el de Lanús, Gabriel Schurrer. No obstante, éstas son de otro calibre ya que apuntan a planteamientos futbolísticos. “Lanús puso dos micros atrás. Esos planteos le hacen mal al fútbol”, apuntó Asad tras la derrota del domingo. A lo que Schurrer, tocado por el comentario de su colega, replicó: “Yo entiendo que la manera de tapar sus limitaciones es fijarse en los demás, pero esto es largo y cuando acabe el torneo veremos cómo termina uno y otro en la tabla de posiciones y qué equipo genera más fútbol y cuál no”.

Tendrá razón Asad, tal vez, en que un planteo defensivo, por más legal y lícito que sea, atenta contra el espectáculo del fútbol (un deporte que se juega), pero, lamentablemente, Schurrer también tiene todo su derecho a no respetar esa norma. Lo preocupante en todo esto es la pica constante a través de los medios, siempre presos estos a ir en busca de la declaración más picante, la que más devoluciones, más réplicas del mismo tono pueda obtener. La postura de De Federico de reclamar fontalidad y luego hacer todo lo contrario a lo que él mismo critica, el pedido exagerado de Julio Barraza de que Pompei “deje de dirigir en el fútbol argentino porque su soberbia es detestable”.


Tiene que entender el Turco Asad que eso, entre otras cosas, obvio, es lo que le hace mal al fútbol. También le hace mal al fútbol el maleducado, inaceptable e indefendible escupitajo del “hincha” de Olimpo a Riquelme. Y el jugador de Boca se resignó a decir: “La gente esta acostumbrada a hacer estas cosas en nuestro país. No pasa nada. Así estamos”. Quién sabe si piensa otra cosa internamente de ese hincha. Algún que otro motivo para enfadarse con lo que vivió tiene. Lo saludable es que ese pensamiento no haya sido título de ningún diario. Hay que agradecerle entonces a Riquelme, por volver a mostrarse diferente al resto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Si no opinás no sé que te pareció

Roman Exquisito


MONTENEGRO 10

MONTENEGRO  10