22 noviembre 2011

Decime qué te importa

Según como están las cosas, parece bastante peluda. Hay que ganarle por goleada a Chopper y esperar un manco importante de Mango y otro también catastrófico de Los Piratas para salvarse de la Promoción por la diferencia de gol. Es decir, sería una hazaña. Y aunque Delirio está acostumbrado a las paradas importantes, verdaderamente sería una epopeya salvarse de la Promoción si Mango gana porque habría que rezar por un cataclismo de Los Piratas. En fin, ya es tarde.

Pero a ver, decime o preguntate más bien a vos mismo, clases de Adrián Paenza aparte, ¿qué te importa a vos si Mango gana y prácticamente ya no quedan chances? Decime, qué te importa, qué te cambia. Si lo único que vos querés es jugar al fútbol. Es correr con la pelota en los pies portando en el torso simplemente dos colores: el rojo y el blanco y en forma de bastones. Si a vos lo único que te importa es jugar y tocar con el del al lado, ese que además de tu compañero de equipo, es tu amigo. Y qué te importa, volvé a pensar, si Mango gana. Quién se cree Mango que con su hipotética victoria te puede cambiar el ojo de tu objetivo del sábado.

Toca y asiste, baja y se muestra. Qué le importa al 15 si Mango consigue tres puntos. Más bien le preocupa a Murphy y forma parte de su pensamiento central que ya se acaba el campeonato, que ya los partidos con Delirio en este año son cada vez menos. Eso le preocupa, eso es lo que verdaderamente le importa. No si Mango gana. Este año, pese a las continuas derrotas, a los seguidos sinsabores, yo le vi y sé que vos también, una sonrisa plena de satisfacción, llena de alegría, cada vez que en la previa de un partido peloteaba con sutileza y precisión a Matías. Esa ilusión sana de que ese día, ese partido, la racha iba a cambiar. También los vi así a vos y a todos, y del mismo modo sufrí la contratara. Viví los momentos de congoja, de frustración, de desesperación por no entender por qué los triunfos resultaban esquivos, porque los palos se empeñaban en instar puteadas de enojo absoluto. Y eso, esa tristeza posterior, ese ánimo bajo con el que luego transitaste como muerto en la semana, sabés bien qué significa: que la puta madre, viejo, ¡que vaya si querés a Delirio! ¡Vaya si lo amás! ¡Vaya si sentís en lo profundo, calando bien hondo, una derrota! Entonces por todo eso, en serio, qué mierda te va a importar si Mango gana.

Qué te importa, de verdad. No hace falta. Encará este partido ante los pobres de Chopper con las mismas ganas, con el mismo anhelo que encaraste todas las fechas de este torneo que ya se va. Hacé como Juan, si querés. Descartá las pulseritas mágicas y las cintas shock en la nariz, eso sí, pero preparate el día anterior las medias. Prolijamente colocalas en la mesa de tu cuarto. Acomodá el pantalón al lado. Si deseas, hacé que combine con los colores que tanto te emocionan, y doblada o desplegada toda, sumá la camiseta. Mirala primero un rato, contemplala. Mirá el escudo. Si no sos vivo como Eche y no dibujaste las estrellas sobre la tela, bueno, no importa, pero recordalas. Son cuatro: 2008 Promesas y boleto a la C; 2009 Campeón de la C y ascenso a la B; 2010 Campeón de la B y memorable consagración en la A.

Acordate de que ese es tu pasado. Y de los tuyos. Juntos lo construyeron. También es de Diego, hoy alentando desde EEUU, y de Burdi, el inclaudicable y enorme luchador Burdi. Jugá por ellos también, más vale. Toda esa gloria es tuya y de todos ustedes. Entonces mirá la camiseta y que no te avergüence si una lágrima le pide permiso a tu pupila para emanar al exterior y recorrer despacio tu cachete. Porque ningún sentimiento sincero puede ser motivo de vergüenza. ¡Más bien al contrario! Es lo que te decía antes, ¡qué otra muestra más que esa de que amas con tus fibras más intimas a Delirio!

Mirá, imaginate, suponé, pensá, si a los de Mango les pasase algo semejante. Seguro que no. Y como es no, que ganen su partido, que hagan los que quieran, lo que se les cante. Total lo importante, esa unión inquebrajable que tiene Delirio, ese Delirio que te incluye, ese Delirio que vos formás, de verdad, seguro que no la tienen. Entonces que ganen y hagan lo que quieran.

Vos salí a ganar por todo lo dicho. Porque querés honrar a Delirio aunque ya no queden chances. Porque hasta en un amistoso lo harías igual. Es esa camiseta, con sus bastones blancos y rojos, con su escudo de bordes rectos, la que te impulsa a buscar la gloria. Y si en un amistoso en Pipas o en donde sea es así, imagínate en un partido oficial, por los puntos, en un partido en donde además lo jugás con tus amigos. Por todo eso es que resulta ínfimo pensar y preocuparse por lo que haga Mango.

Y capaz que si salís con esa actitud de siempre, con ese amor a tu equipo, conmoves al destino y éste hace que los hechos, sorpresiva y nuevamente, se pongan del lado de Delirio. Del Delirio que conformás y lo único que quiere es que llegue el sábado para jugar al fútbol y traumatizar a Chopper con una verdadera lección de lo que es un equipo.

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