21 febrero 2010

TORNEO CLAUSURA 5°FECHA

ABURRIDO 0-0 EN EL MONUMENTAL, AMBOS AGUDIZARON SUS CRISIS
Un pálido Arsenal no pudo con el desaparecido River de siempre
Arsenal comenzó ganando con un golazo de Sena y lo empató River con Gallardo, de tiro libre. Pompei expulsó a Almeyda. Ninguno jugó bien…

Que habrá sido de la historia de River. Aquella prestigiosa herencia ¿Dónde está? ¿Dónde quedó? ¿Cómo pudo haber pasado de aquel rico legado a esto que se ve hoy? Y que parece tan normal, tan cotidiano. No logra salir del pozo en que está estancado hace rato. Hoy repitió su nivel y ni así Arsenal lo pudo vulnerar. Uno peor que el otro, un castigo para los ojos de los espectadores que se acercaron al Monumental ilusionados con ver un partido fútbol. Horror.

River comenzó el partido con la idea de llevarse por delante a su rival. Con un 4-3-1-2 ofensivo buscó atacar por la banda derecha con Ferrari de ocho y con Villagra pasando por sorpresa por las espaldas del lateral. Así fueron los primeros minutos en una tarde con un viento que corría a 45 km/h y perjudicaba el juego aéreo. No pudo lastimar River, la más clara –tal vez la única- llegó por un centro desde la izquierda de Canales que encontró a Rojas entrando desde atrás, el paraguayo alcanzó a darle de cara interna pero se fue cerca del palo defendido por Campestrini.

El dominio territorial era del local, así también lo disponía Arsenal plantado atrás atento a salir de contra. Fueron claras las indicaciones en la semana de Jorge Burruchaga con respecto a esto. La visita se apoyaba tanto en la velocidad de Jara y el acompañamiento de Obolo para golpear en el momento justo. Está claro además que River daba muchas ventajas en el retroceso. Era buena la intención de ir, de atacar, pero se descuidaba mucho y quedaba muy descompensado en defensa, con Almeyda como el único de marca en el mediocampo.

Gallardo, en ese entonces, y como en el resto del encuentro, no pesó, no ayudó, no apareció, estaba demasiado impreciso en todos los pases, en todos los centros y en todos los cornérs. Lento y faltó de ritmo, bajaba demasiado, arrancando de muy atrás y River lo sintió. Por eso a veces Rojas se cruzaba y pasaba a jugar por el centro haciendose cargo de la conducción que no aportaba el 11.

Y a Arsenal le convenía esto. Que la pelota la tenga River, no él, y salir de atrás, rápido y de contra. Jara estaba incontrolable para Coronel y compañía. Indescifrable en el uno contra uno. Imparable como siempre. Y a River lo volvía a salvar Vega… también como siempre. Pero hasta ahí… porque a los 40’ llegó el primero de la tarde. Derechazo cruzado de afuera del área de Sergio Sena que se le coló al uno, sin nada para hacer. Quedaba en evidencia el desbalance, el desequilibrio que exponía River al dejar el fondo tan desguarnecido.

Antes del descansó Jara tuvo otra oportunidad para ampliar el marcador pero Vega respondió bien y la mandó al techo del arco.

En el complemento hubo cambio de roles. Arsenal salió con todo a definir el partido en los primero minutos y tuvo sus chances con Yacuzzi y Jara nuevamente.

Pero a los cinco minutos, hubo falta sobre River en la puerta del área, en línea recta, ideal para el Muñeco. En ese momento Astrada hizo ingresar a Villalba (curiosamente redimido del castigo) por Ludueña, de buenas intenciones pero de poco peso. Y ahí si, pitó Pompei y Gallardo la metió contra el primer palo de Campestrini que no pudo reaccionar ante el desvío en un hombre de Arsenal.

Parecía que volvía River a tomar la iniciativa pero enseguida fue amonestado por segunda vez Almeyda tras una falta en la mitad de la cancha y vio la roja. Ahumada entró por Gallardo que, lo dijimos, pese al gol no ayudó y dentro de todos era el más flojo.

Arsenal se aprovechó del hombre de más pero no sabía resolver bien todo lo que generaba. La visita se encontró con un panorama que no esperaba, el de ser dueño de la pelota. Y ante esta situación pareció nublarse, no supo que hacer. Hacía todo bien, llegaba al área, abría la cancha pero todo lo terminaba mal. El dominio dejó al desnudo las limitaciones de Arsenal que teniendo todo a favor no supo aprovecharlo.

Fíjese lo mal que estaba River que Ferrari se convirtió, por empuje e inercia, en el referente futbolístico del equipo. Uno confundido, que sigue exhibiendo las mismas carencias y los mismos errores que antes. Lo dijimos en una nota anterior: “débil atrás, no tiene generación de juego en el medio y adelante directamente no lastima. Así, si está arriba en el marcador como le pasó ante Chacarita, sufre para cerrar el partido. Y así, si tiene que remarla como anoche contra Colón, termina ahogado” cosas que no cambian según el rival. Da lo mismo, es siempre igual. Lo que se equivocó River (claro está, que analizamos con el resultado puesto) fue en pensar que por ser local lo iba a ganar así nomás, con el nombre y descuidó demasiado el fondo. Debería probar también, contar con más equilibrio en el medio, no dejar a Almeyda, que lejos de desentonar siempre termina siendo lo mejor junto a Vega. Tal vez probar juntarlo con Ahumada y a partir de ahí crecer. Gallardo tampoco está para desequilibrar como antes y pese a su gesto en el cambio, fue inteligente y sagaz la postura de Astrada.


Ludueña mira la disputa por la pelota entre Sena y Gallardo, los autores de los únicos goles de un partido sin brillo ni juego.

Te repito lo mismo que al principio: ¿Que habrá sido de la historia de River? ¿Dónde está? ¿Dónde quedó? ¿Cómo pudo haber pasado de aquel rico legado a esto que se ve hoy? Y que lamentablemente tiene acostumbrado a los hinchas, tan llenos de impotencia como de bronca.

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MONTENEGRO 10

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