08 febrero 2010

Lionel MESSI por EL VECO

La amplitud de 11 segundos

Llenar 11 segundos con una proeza es pisar la pista atlética y evocar el relámpago de Jess Owen arrugando el bigote rectangular de Hitler. 11 segundos los consume el arquero que hace tiempo para atornillar el resultado y vuelve a la pelota que ya había ubicado para ponerla dos centímetros delante y bordear una amarilla que no le duele.11 segundos es el refugio amplio de Phil Jackson, hoy en Los Ángeles, el gran conductor de los Bulls de Michael Jordan, para trazar en la pequeña pizarra el garabato que cerrará la canasta de la victoria. 11 segundos es diferencia rotunda en la Fórmula 1 desde Juan Manuel Fangio y su gorrita de cuero negro atada bajo el mentón (sin casco) hasta el moderno protector de columna de Fernando Alonso que evita con más certeza el sacudón fatal que cerró con lágrima vigente el ciclo de Ayrton Senna. 11 segundos en fútbol se llenan con el centro de último momento para buscar el gol del empate con el “todos arriba” que tiene mucho de rezo y de bingo, de ayuda de chamán y de milagro.

Y llegan las frases de los viejos maestros: “Los que corren demasiado se olvidan de la pelota”, decían. No faltaron quienes justificaron la parsimonia: “Son lentos porque están pensando” y también podía admitirse.

Y de pronto aparece Lionel Messi, “pulga” atómica que todo lo puede, que patea pizarrones, tacha bisectrices, destroza libros de teoría, borra ángulos rectos con un despliegue de quiebres y gambetas, de velocidad pegada a la pelota, de zigzag eléctrico, de fútbol fiesta para finalmente -no se le cruzó ni siquiera un perro suelto- no tener más remedio que enviarla adentro. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Messi inició la jugada? 11 segundos.

El alemán Schuster, técnico del Getafe 2007, dejó un reproche a su defensa: “faltó una patada”. Quizás bajo su punto de vista aunque yendo a un plano ideal, creyendo en la pureza del juego y las buenas artes de sus cultores -¡qué hermoso sería!- se pudo producir un fenómeno muy especial. Los rivales se extasiaron tanto con la demostración de magia y talento de Messi que se limitaron a mirar como culminaba su creación para sentirse parte de ella.

Con los pies en la tierra algo que surge de nuestra vieja raíz de hincha que precedió y dio base al periodista de hoy. Loado sea el fútbol, único deporte que en 11 segundos, en tan brevísimo tiempo, puede montar cada tanto una obra de arte tan perfecta.

Emilio Lafferranderie. El Veco

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