12 marzo 2011

Las ansiedades del periodismo y sus consecuencias

Algo que es indiscutible es el cambio de la sociedad a lo largo de los últimos tiempos. Así las cosas, hay una manía o costumbre del periodismo deportivo actual de apurar los hechos, de acelerar los tiempos para que aquello de lo que se está hablando ocurra lo antes posible. Si un equipo de fútbol, comenzada la 2° fecha del torneo, cae en Promoción, ya empiezan los titulares de los diarios anunciando una situación de alarma. Ya empiezan los gritos en el cielo, la exageración de las situaciones. Claramente innecesario. El club Vélez Sarfield no comenzó el año como hubiera deseado, eso está claro. De 12 puntos posibles sacó 5 en el Apertura 2011, y en la Copa Libertadores viene de perder los últimos dos partidos. ¿Cuántas fechas van del torneo local? Apenas 4, falta una enormidad. Aún así, la prensa, astuta y viva, se aprovecha de la situación y todas las preguntas para los jugadores de Vélez se refieren a este mal momento. ¿Gareca tiene fuerzas para seguir? ¿Cómo se saca esto adelante? ¿Se pueden recuperar?

El domingo Vélez visita a River en el Monumental y la pregunta era cantada: ¿Puede ser este partido una buena oportunidad para el despegue, para que el equipo vuelva a ser el de antes? Sebastián Domínguez, además de ser el recio primer marcador central del conjunto, demostró que en su cabeza tiene también las ideas claras y respondió con mucha sensatez: “Hay que ir de a poco. No vamos a salir de un día para el otro. Creo que la palabra es paciencia”. Que el hincha no entienda qué significa esta palabra vaya y pase. Podría decirse que hasta es normal, el hincha lo único que quiere es que el equipo gane. Pero no en unos meses. Ya. Entonces a ellos no le pidan paciencia. Pero la prensa puede, creo, ejercitarla, aunque se ve que no piensa practicarla.

E insiste, como quien no entiende la respuesta:

- ¿Pero pueden recuperarse?

- Sí, yo creo que son momentos. Estamos muy a tiempo en la Copa y ni hablar del campeonato. Depende de nosotros. En estos casos tiene que aparecer el grupo más que las individualidades. En estos momentos difíciles debemos tener cosas fundamentales en los grupos.

- ¿Qué cosas?

- Calma, paciencia, trabajo, humildad, sacrificio, solidaridad.

¡Es así! Se entiende que el periodismo por ahí se pone loco si no consigue noticias. Se entiende que tal vez decir que el plantel está bien, que no hay ningun problema no venda. Pero eso no significa que haya que agitar las aguas permanentemente en todos los frentes y en todos los equipos para generar contenidos, noticias de más impacto. ¡Hay demasiado dramatismo en todo! En el tema Riquelme de por qué no juega, en Falcioni de por qué su equipo no rinde, lo mismo con Erviti y por qué no es el mismo de Banfield… Cómo puede ser que en Huracán, que no ganó en las dos primeras fechas, el técnico siga en el banco. ¿Porque no lo echan?, son las preguntas. Nadie se salva del ojo crítico y difamador, a veces, de los medios.

Lo peor de todo esto es que el hincha absorbe, el lector neutral, el oyente y el televidente absorben. Y comienzan a pensar como la prensa. Cuando un equipo que está en situación complicada (aunque esto es relativo también, pero según el dictamen de la prensa –y aprobado, insisto, por la voz popular-, cuando un equipo no gana en 3 fechas se dice que está complicado) pierde, inmediatamente el televidente dice: lo van a echar al técnico. Aún cuando sus principios le dicen que hay que darle tiempo a los entrenadores, aún cuando éste es partidario del trabajo a largo plazo lo pronuncia igual: Lo van a echar. Y ahora le hablo a esta persona que reacciona así: Si vos pensás que hay que darle tiempo, ¿por qué anuncias que lo van a echar? Fácil. Porque los medios te inculcaron esa forma de pensar, y aunque vos lo niegues, te aseguro que absorbiste todo lo que leíste y no fuiste capaz de rechazar. No fuiste capaz de que no te invada tus ideas y te moldeara el pensamiento. Malas noticias, te las invadieron. Te infectó la cabeza con todo el dramatismo, te contagió esa forma de reaccionar ante este fútbol. Si un equipo pierde no pienses enseguida las consecuencias negativas que puede traer el resultado. ¡Obvio que las va a haber! No te escudes en eso. Si las hay es porque el periodismo generó este círculo. No es que las hay por consecuencias lógicas y racionales. Es porque los medios crearon eso. Y vos lo absorbiste cada vez que veías un partido y lo transmitiste en cada charla de café. Aunque no lo veas así. En serio te aseguro que es imperceptible. Un equipo pierde y vos enseguida pensas en lo malo, en lo negativo. ¿Por qué? Porque es lo que más vende en los diarios, lo que mas acostumbrado a leer estas vos. Cuánto más dramático mejor. Perdió Huracán, listo, se va a la B. !¿Cómo se va a ir a la B?! Van cuatro fechas. ¿Alguno sabe lo que significa la prudencia en los juicios?

No claro, ¿para qué quiero la prudencia? Mejor digo que Huracán está complicado, digo que Brindisi no lo va a poder sacar adelante porque no tiene capacidad. A ese padre de familia le hago el trabajo imposible. Y lo peor que puede pasar es que el tipo se canse y diga que no puede más con la situación. Y renuncia, y qué bueno. Porque eso sabés como vende... "Pero si yo estoy contando lo que pasa nada más, es una realidad". Patrañas. Es innecesario contarlo de esa forma. Es muy fina la línea del cómo.

Otro tema para tocar es el asunto de las exageraciones permanentes sobre las calificaciones de lo que sea. Un juvenil que debuta y hace un pase de 5 metros sin que nadie le intercepte la pelota, automáticamente se transforma en el “nuevo Messi” o en “el salvador de este club”. ¡Pará! Acá la ansiedad que hablaba antes se torna más perceptible. Tiene 18 años el chico, ¡no va a ser crack ni este campeonato ni el siguiente! Que el hincha o el espectador neutral no lo entienda, como dije, vaya y pase. Pero en la prensa esto es inaceptable. Chichizola es “el nuevo Carrizo”, o, con Iturbe vamos a ganar el Mundial 2014 (no lo dijeron expresamente pero es ese el mensaje que bajan). Así con cuanta aparición sale. Lamela es otro caso que viene prefecto. Hace años lo buscó el Barcelona y por eso ahora en River, y con la diez en la espalda, tiene que sacar al equipo campeón. En serio es necesario repetirlo. La prensa es consciente de que lo que dice no es totalmente cierto, ellos saben que Lamela no puede salvar solo a River, pero el hincha no tiene esa capacidad de captarlo y se deja llevar por lo que leyó. "Gorda, en el diario dicen que éste pibe nos va a salvar. Lo voy a poner en el Gran DT. Sabés las alegrías que nos va a dar. Dicen que se parece a Aimar". Aunque muchos que lean esto digan “a mi no me pasa, yo soy muy prudente en mis juicios”, es muy probable que no sea así. En serio.

Ayer por la noche, pasadas las 21, en los pasillos del Monumental le preguntan a Juan José López, el técnico River: “¿El peor rival del equipo hoy es la ansiedad del hincha?”

Podría contestar Jota Jota afirmativamente. Pero más que la ansiedad de la gente, podría afirmar sin error a equivocarse, la ansiedad que generaron ustedes. Encima, si van 4 fechas, ¿Porqué alguien hizo esa pregunta dirigida al tema del promedio? ¡Si falta un montón para que se defina eso! A esto me refiero cuando dije que aceleran los hechos. Apenas van cuatro fechas… ¿Porque instalar tanto dramatismo?

Vuelve a responder Domínguez a otra pregunta y dice: “Tenemos que volver despacio, con paciencia. No me parece que la solución se encuentre mañana ni ganándole a River. Tampoco pienso que sea el peor momento de Vélez (NdR pero eso trata de generar la prensa) en los últimos años. En la Copa el grupo está abierto. Y en el torneo depende de lo que pase el fin de semana seguimos ahí. Estamos a tiempo”.

“Estamos a tiempo”, algo que la prensa se niega a aceptar. ¿Y porque hago tanto escándalo? Primero porque no me gusta que se dramatice así y segundo porque las consecuencias se ven en el discurso del hincha. Yo por lo menos lo veo en mi viejo. Y es un embole escucharlo así. Durante un campeonato se pasa alabando a un jugador, lo pone en el Gran Dt, dice qué bueno es este pibe y se "regocija" ante cada presentación. Después comienza otra temporada y el jugador cambió de equipo. Sale en la tele y cuándo le pregunto quién es ese, me dice no sé. Fiel reflejo de que la adoración que tenía por el muchacho hace unos años no era porque a él sí le gustaba, sino porque vio el diario y vio que fue figura, y a la fecha siguiente también. Y de tanto que fue inflado se creo el crack del poster, y al poco tiempo después fue olvidado. Devuelta con la prudencia. No es obligatorio calificar a un jugador por un partido, o dos, o tres. No es obligatorio. No hay que decir si es un choto o un crack. Hay que evaluar, pero con paciencia. Como pide Domínguez, con calma. Hay que darle tiempo a los equipos, y a los técnicos. Y vos hincha, también dáselos. Si el periodismo no quiere no te escudes en eso.

Pero en definitiva, a quién le importa lo que digo yo. Si yo no soy el relator que sale en la tele, o el periodista que escribe en Olé o el locutor que habla en la radio.

En fin, gracias, periodismo, no sabés que feo es ver fútbol ahora con mi viejo.

Sebastián Etcheberry

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